Neurobiología de la Psicopatía
Psicopatía
La
psicopatía es un constructo psiquiátrico caracterizado por un patrón permanente
de profundo déficit afectivo, acompañado por una falta de respeto por los
derechos de los demás y por las normas sociales.
A
finales del siglo XIX el adjetivo psicopático se aplicaba a cualquier forma de
trastorno mental.
Posteriormente,
Koch, Gross, Morel y otros restringieron el concepto a formas menos graves de
enfermedad; lo consideraron un trastorno de la personalidad con un patrón
permanente de comportamiento que produce malestar o perjuicios para el sujeto
y/o las personas que lo rodean.
Actualmente,
el término psicopatía no aparece dentro de la nosología oficial, pero se considera
que es equivalente al “Trastorno de personalidad antisocial” del DSM-IV-TR
Los
individuos con psicopatía son arrogantes, manipuladores, irritables,
impulsivos, irresponsables, sin fuertes vínculos emocionales, carentes de empatía
y remordimiento y propensos a conductas criminales. Empiezan sus actividades delictivas
en la niñez y permanecen en ellas la mayor parte de sus vidas
Criterios según el DSM IV -TR
Los criterios diagnósticos del
trastorno antisocial de la personalidad para el DSM IV son los siguientes:
Criterio del trastorno disocial: Un
patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se violan los
derechos básicos de otras personas o normas sociales importantes propias de la
edad. El sujeto tiene menos de 18 años. Puede tener un inicio infantil, antes
de los 10 años, o inicio adolescente, después de los 10 años.
A. Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de 15 años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems 1.Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal como lo indica al perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención. 2.Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer 3.Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro 4.Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones 5.Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás 6.Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas 7.Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación de haber dañado maltratado o robado a otros B.
El sujeto
tiene al menos 18 años C.
Existen
pruebas de un trastorno disocial[1]
que comienza antes de la edad de 15 años D.
El
comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una
esquizofrenia o un episodio maníaco (APA, 1996). |
·
Clasificación de según Robert hare:
El
psicólogo Robert Hare (1993), uno de los expertos en psicopatía más destacados
del mundo, se refiere a los psicópatas como “predadores sociales que cautivan,
manipulan y se abren camino en la vida sin mostrar compasión, dejando a su paso
corazones rotos, expectativas defraudadas y billeteras vacías. Al carecer de
conciencia y empatía, los psicópatas toman de forma egoísta lo que desean y
hacen lo que les place, quebrantando normas sociales y expectativas sin el
mínimo sentido de culpa o arrepentimiento” )
Hare (1970) propuso un esquema útil para definir
tres tipos de psicópatas: el primario, el secundario o neurótico, y el disocial.
Sólo el psicópata primario es un “verdadero” psicópata.
El
psicópata primario posee
ciertas diferencias psicológicas, emocionales, cognitivas y biológicas
identificables, que lo distinguen de la población general y de la población
delincuencial.
Las otras dos categorías reúnen un
grupo heterogéneo de individuos antisociales que incluyen un amplio segmento de
la población delincuencial.
Los
psicópatas secundarios
cometen actos antisociales o violentos debido a problemas emocionales severos o
conflictos internos. En ocasiones, se les denomina neuróticos que manifiestan mal
comportamiento, delincuentes neuróticos, psicópatas sintomáticos o simplemente
delincuentes perturbados emocionalmente.
Investigaciones recientes indican que
el psicópata secundario demuestra más inestabilidad emocional e impulsividad que
el psicópata primario; además, los psicópatas secundarios también parecen ser
más agresivos y violentos (Kimonis, Skeem, Cauffman y Dmitrieva, 2011).
Los investigadores también
descubrieron que el psicópata secundario, en comparación con el primario, tiene
más afianzadas sus raíces en el maltrato y rechazo por parte de los padres.
El
tercer grupo, los psicópatas disociales, manifiestan comportamiento agresivo y antisocial que
aprendieron de la subcultura donde se desenvuelven, como pandillas, grupos
terroristas o sus familias.
Lykken(2000) Después
de un profundo análisis sobre los aspectos genéticos y los sociales, Lykken
llega a la conclusión que existe un tipo de personalidad antisocial que se
caracteriza principalmente por una predisposición a no sentir el miedo y otro
que posee un sistema de activación con déficits inhibitorios, a estos dos tipos
de personalidad los cataloga como psicópatas.
Mientras que aquellos individuos sin predisposición biológica que derivan en conductas delictivas serán considerados sociópatas
Clecley (1982) elabora un listado de criterios diagnósticos para la psicopatía primaria:
- Encanto
superficial e inteligencia
- Ausencia
de delirios y de otras señales de pensamiento irracional
- Ausencia
de “nerviosismo” u otras manifestaciones neuróticas
- Informalidad
- Falsedad
y falta de sinceridad
- Falta
de remordimientos y vergüenza
- Conducta
antisocial mal motivada
- Falta
de discernimiento e incapacidad de aprender por la experiencia
- Egocentrismo
patológico e incapacidad para amar
- Pobreza
general en las relaciones afectivas
- Pérdida
específica de perspicacia
- Indiferencia
hacia las relaciones interpersonales
- Conducta
fantástica y poco atractiva
- Pocos
suicidios
- Vida
sexual impersonal
- Incapacidad de seguir un plan de vida
En función a dichos criterios varios autores
organizan diversos tipos de aproximación hacia el estudio de la psicopatía
primaria. Blacburn (1998) en 1998 observa un continuo entre la incapacidad de
inhibición de los impulsos y la agresión. Seroczynsky (1999) identifica dos
tipos esenciales de agresión: la depredadora y la reactiva, los psicópatas
primarios serían agresivos depredadores.
El
propio Clecley (1994) considera que la locuacidad y la amabilidad de los
psicópatas primarios sería la caracterísitica más importante de sus rasgos de
personalidad. Meloy (1988) promueve la teoría del apego defectuoso, mientras
que Millon (1998) defiende la teoría según la cual el psicópata es un individuo
fascinado por el poder y el estatus social.
Según Beloch , Sandin, y Ramos (1998), las personas con trastorno antisocial
de la personalidad se caracterizan por incapacidad empática, insensibilidad
emocional, impulsividad, búsqueda de sensaciones, un desarrollo moral
inadecuado.
·
“Incapacidad de empatía.
Son
personas que no saben colocarse en el lugar del otro, por lo que se convierten
en sujetos incapaces de amar, con gran pobreza en sus reacciones afectivas.
·
Insensibilidad emocional.
Poseen
una anómala experiencia emocional. Llaman la atención los estudios de medidas
electrodermales y cardiovasculares ante la presencia de estímulos aversivos
(Siddle y Trasler, 1981), y los experimentos sobre reflejos ante sobresaltos
acústicos: los individuos psicopáticos no responden de la misma manera que las
personas normales: ante estímulos aversivos, no manifiestan respuestas
ansiosas. “la magnitud de los reflejos es mayor ante imágenes desagradables y
menor cuando es positiva la cualidad afectiva de la imagen”
Por
ello se concluye, que la personalidad psicopática corresponde a un individuo
incapaz de comprender los sentimientos ajenos.
·
Impulsividad.
Es
uno de los rasgos más evidentes de la personalidad psicopática. El psicópata es
alguien que no tiene reparos en expresar sus deseos y emociones, cualesquiera
que éstas sean.
·
Búsqueda de sensaciones
Se
trata de que el psicópata necesita ampliar sus sensaciones, por lo que es común
que recurran a parafilias sexuales , abuso de sustancias tóxicas , etcétera.
·
Desarrollo moral inadecuado
Para
el psicópata la única moralidad valedera es aquella que le beneficia
personalmente. Quizás sea debido a que el aprendizaje moral se basa en el miedo
y su reducción, y al no tener reacciones fisiológicas normales ante la
presencia de estímulos amenazantes, el psicópata no sería capaz de aprender las
normas sociales.
Los 20 Rasgos del
Psicópata Puro de Hare (2003)
Factor I Interpersonal /Afectivo |
Faceta I Interpersonal |
1.Locuacidad
y encanto superficial 2. Sentido
desmesurado de autovalía 4. Mentiroso
patológico 5.Estafador/engañador y manipulador |
Faceta II Afectiva |
6.
Ausencia de remordimientos o
sentimientos de culpa 7.
Afecto superficial y poco profundo 8.
Insensibilidad afectiva y ausencia
de empatía 16. Incapacidad para aceptar la responsabilidad de sus actos |
|
Factor 2 Desviación Social |
Faceta 3 Estilo Impulsivo/Irresponsable |
3. Necesidad
de estimulación y tendencia al aburrimiento 9. Estilo de
vida parásito 13.
Ausencia de metas realistas a largo
plazo 14.
Impulsividad 15. Irresponsabilidad |
Faceta 4 Antisocial |
10. Pobre
autocontrol de sus conductas 12.
Problemas de conducta en la infancia 18.
Delincuencia juvenil 19.
Revocación de la libertad
condicional 20. Versatilidad criminal |
|
Rasgos independientes |
11. Conducta
sexual promiscua 17. Frecuentes relaciones maritales de corta duración |
Aspectos neurobiologicos en la psicopatía
·
Corteza prefrontal
Las
alteraciones estructurales del cerebro que se asocian con comportamientos
violentos son: primero la corteza prefrontal la cual se relaciona con conductas
impulsivas, problemas para desinhibir una conducta, pobre planificación de la
conducta a realizar y pobre toma de conciencia de las consecuencias de la conducta
a realizar, todas estas funciones se relacionan con la dimensión ejecutiva de
la inteligencia y segundo la amígdala, la cual se relaciona con la falta de
empatía hacia los demás y dificultad en la regulación de las emociones
provocando conductas explosivas. (Arias & Ostrosky-Solis, 2008).
En
estudios con resonancia magnética (RM) se ha encontrado una reducción del
volumen de la corteza prefrontal en los sujetos que muestran trastornos
antisociales de la personalidad
Se
ha observado disfunción orbitofrontal y ventromedialfrontal en neuroimagen que han mostrado reducción del
volumen de la la corteza orbitofrontal, manifestadas como: disminución en la
respuesta insensibilidad al castigo y dificultades para reconocer las expresiones
faciales y los tonos vocales de miedo.
Además
se han reportado cambios estructurales finos como es la reducción de la materia
blanca pre-frontal, posiblemente relacionados con una pobre toma de decisiones,
desregulación emocional y daños en el juicio moral.
Eysenck
opina que la lesión cerebral incrementa la inhibición total que afecta al
córtex (o lóbulo prefrontal que controla el comportamiento humano) por lo que
las personas que sufran estas lesiones se comportarán de forma más extrovertida
que los normales. De estas notas el autor establece una conexión entre
extraversión, lesión cerebral y delincuencia.
Si las investigaciones científicas presuponen que las funciones ejecutivas se encuadra en los lóbulos prefrontales y las diferencias estructurales o funcionales vinculadas a estos son causa del comportamiento psicopático podemos concluir que el síndrome disejecutivo de la psicopatía es un déficit en las funciones ejecutivas de estos individuos y un factor de riesgo importante en el desarrollo de conductas antisociales
Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética cerebral de 44 criminales adultos violentos en Gran Bretaña que ya habían sido diagnosticados de trastornos de personalidad antisocial (TPA). Los crímenes que habían cometido incluían asesinato, violación, intento de asesinato o graves daños corporales. De los 44 hombres estudiados, 17 sufrían TPA y una psicopatía. Los investigadores también escanearon el cerebro de 22 hombres sanos que no habían cometido delitos. Los resultados mostraron que el cerebro de los psicópatas tenía mucha menos sustancia gris en la corteza prefrontal anterior y en los lóbulos temporales que los criminales no psicópatas y las personas normales. |
·
Corteza temporal y áreas diencefalicas
(Amigdala , hipocampo e hipotálamo)
Utilizando la resonancia
magnética funcional (RMf) se ha encontrado una actividad menor en el sistema
límbico de los psicópatas mientras están procesando estímulos afectivos.
Se
ha observado también una reducción volumétrica en la amígdala y el hipocampo
asociados con el déficit emocional.
Aunque la mayoría de estos estudios han implicado el córtex prefrontal ( Henry and Moffit, 1997 and Raine, 2002, citados por Raine, Ishikawa, Arce, Lenez, Knuth, Bihrle, La Casse y Colleti, 2004), hay un interés creciente en el rol de las estructuras temporo límbicas tales como la mediación del hipocampo en comportamientos antisociales y psicopáticos.
·
Amígdala:
En
un estudio realizado por Yang, DPhill, Narr, Colletti & Tohga (2009) se
encontró una reducción del volumen de la amígdala izquierda de un 17.1% y
derecha de un 18.9% en los sujetos con psicopatía en comparación con el grupo
control. Se evidenció también que a mayor reducción de la amígdala mayor
puntuación en la escala de psicopatía pudiendo indicar una relación entre alta insensibilidad
emocional, y una mayor manifestación de conductas violentas aunque se necesitan
más estudios para llegar a conclusiones definitivas.
En lo que a la conductancia eléctrica de la piel (reacción galvánica de la piel) se refiere, se ha comprobado que los psicópatas tienen una baja capacidad de conductancia por ser personas poco emocionales e insensibles, de donde se desprende que el psicópata parece ser en menor medida estimulable y excitable desde el punto de vista sensitivo.
·
Hipocampo:
En
el estudio, Raine, Ishikawa, Arce, Lenez,
Knuth, Bihrle, La Casse y Colleti (2004), se concluyó que las asimetrías
atípicas del hipocampo anterior en psicópatas sin éxito pueden reflejar una
anormalidad subyacente del neurodesarrollo, que interrumpe el circuito del
hipocampo prefrontal, resultando en un trastorno del afecto, un contexto pobre
del condicionamiento al miedo e insensibilidad ante las señales de captura. La
búsqueda de la estructuras y funcionamiento del cerebro ha empezado a mostrar significativas
debilidades neurobiológicas en grupos de psicópatas antisociales y agresivos.
·
Hipotálamo:
El
hipotálamo también puede estar asociado con la psicopatía, pues en modelos
animales se ha demostrado agresión al estimular el área hipotalámica intermedia
ubicada por debajo del fórnix y por delante del núcleo media.
Dicha
agresión es facilitada por la testosterona e inhibida por la castración;
además, está acompañada por altos niveles de corticosterona y es suprimida por agonistas
de los receptores de serotonina 1B (5HT1B)
Porque
el cerebro antisocial y psicopático presenta asimetrías cerebrales |
Sobre
la hipótesis de que el comportamiento antisocial psicopático puede provenir
de un neuro-desarrollo anormal, hay poca evidencia limitada que comprueba
esto (Raine, 1995 citado por Raine, Ishikawa, Arce, Lenez, Knuth, Bihrle, La
Casse y Colleti, 2004). El
hallazgo de una asimetría de la estructura del hipocampo en la misma
dirección de la asimetría funcional del hipocampo encontrada en agresores
violentos sería de interés porque tales asimetrías pueden reflejar una
disrupción que afecta el neuro desarrollo de una manera normal, esto opuesto
a la tesis de que procesos ambientales tardíos reducen la bilateralidad
hipocámpica o el volumen en uno de los hemisferios. En
el estudio, Raine, Ishikawa, Arce, Lenez, Knuth, Bihrle, La Casse y Colleti
(2004), se concluyó que las asimetrías atípicas del hipocampo anterior en psicópatas
sin éxito pueden reflejar una anormalidad subyacente del neurodesarrollo, que
interrumpe el circuito del hipocampo prefrontal, resultando en un trastorno
del afecto, un contexto pobre del condicionamiento al miedo e insensibilidad ante
las señales de captura. |
Genética en el trastorno
antisocial
·
Genética molecular
La
mayoría de los estudios de genética molecular en el TP se han realizado
utilizando la hipótesis basada en los estudios de asociación con genes candidatos,
enfocándose en los genes relacionados a vías de neurotransmisión, especialmente
en los sistemas serotoninérgico y dopaminérgico.
Ejemplos
de genes relacionados al metabolismo incluyen a la cateco-Ometil transferasa
(COMT), la monoamino oxidasa (MAOA) y la dopamina beta-hidroxilasa (DBH);
aquellos relacionados a la morfología del receptor incluyen al receptor D2 de dopamina
(DRD2), al receptor D4 de dopamina (DRD4), al receptor 1B de serotonina
(5HTR1B) y al receptor 2A de serotonina (5HTR2A); y aquellos relacionados a la
actividad de transportadores incluyen al transportador de serotonina (en
particular un polimorfismo en la región promotora del gen referido como
“transportador de serotonina ligado a las regiones polimórficas” o 5HTTLPR) y
el transportador de dopamina (DAT).
·
El
Gen de la monoaminoxidasa
Los
polimorfismos en el gen MAOA se han asociado con trastornos de personalidad del
cluster B y con rasgos antisociales.
El
gen MAOA está localizado en el cromosoma X (Xp11.4-p11.3) y codifica para la
monoamino oxidasa A, una enzima que degrada los neurotransmisores amínicos, como
la dopamina, la noradrenalina y la serotonina.
Si
el gen de la monoaminooxidasa A (MAOA) se bloquea (es decir, se neutraliza) en
ratones, éstos se vuelven sumamente agresivos hasta convertirse en peleadores
que dejan fuera de combate a su contrincante. Al restituirles la actividad del
gen, los ratones recuperan sus patrones de comportamiento normal (Raine, 2008,
p. 323).
Al
parecer, el gen MAOA desempeña un papel instrumental en la prevención del
comportamiento antisocial en los humanos (Kim-Cohen et al., 2006).
Es
interesante destacar que la forma de actividad baja del gen MAOA (abreviado
como MAOA-L), la cual se ha asociado con la agresión y la violencia, es conocida
entre algunos investigadores como “el gen guerrero” (McDermott, Tingley,
Cowden, Frassetto y Johnson, 2009). Se estima que en algunas sociedades un
tercio de la población posee el gen MAOA-L y éste por lo regular entra en juego
después de alguna forma de provocación (McDermott et al., 2009).
En
un estudio reciente, aquellas personas con el gen MAOA-L que se vieron
expuestas a adversidades durante la niñez tenían una probabilidad significativamente
mayor de mostrar comportamiento delictivo en la adolescencia tardía y en la
adultez temprana (Fergusson, Boden, Horwood, Miller y Kennedy, 2012). Una vez
más, este estudio pone de relieve la importancia de considerar los efectos del
entorno sobre los genes, más que simplemente suponer que los genes son la causa
directa del comportamiento.
Raine
señala más adelante que en la investigación de genética molecular se han
identificado al menos siete genes relacionados con el comportamiento antisocial
en los humanos. En la mayoría de los casos, esos genes parecen contribuir a
ocasionar daños en la estructura y función del cerebro,
Genotipo de la enzima MAO A |
Weder et al. (2009) encontraron que la vulnerabilidad era
inducida por la MAOA en niveles moderados de trauma ambiental, pero que el
genotipo no era contribuyente a la predicción de agresión en niveles extremos
de trauma ambiental. Sjoberg et al. (2008) sugieren que el genotipo MAOA
podría interactuar con la testosterona en la predicción del espectro
conductual antisocial, aunque no encontraron una
asociación directa entre la baja actividad de la variante y la conducta agresiva,85
mientras que Beaver et al. (2010)
no encontraron efectos directos del genotipo MAOA con
las escalas de delincuencia en una muestra de adolescentes; en cambio sí
reportaron que el genotipo MAOA parecía interactuar con déficits
neuropsicológicos en la predicción de
delincuencia. Buckholtz y Meyer-Lindenberg (2008) revisaron la bibliografía
disponible sobre la MAOA en la agresión impulsiva, y propusieron un mecanismo
por el cual la variante de baja actividad de la MAOA podría sensibilizar circuitos
neuronales pertinentes al estrés en la vida temprana. |
Diagnóstico
diferencial del psicópata:
a) Psicopatía vs.
Neurosis
La
diferencia es clara porque el neurótico es consciente de que padece una
enfermedad y sufre por ello, en cambio, el psicópata no sufre por su condición
de tal, ni manifiesta la ansiedad y la angustia característica de las neurosis.
b) Psicopatía vs.
Psicosis
La
psicosis es una verdadera enfermedad mental que produce la pérdida del contacto
con la realidad y la quiebra con la propia identidad del paciente. Va acompañada
de delirios, alucinaciones, cambios profundos de estado de ánimo y trastornos
conductuales severos.
c) Psicopatía vs.
Paranoia
Nada tiene que ver el delirio crónico y sistemático del paranoico, que se halla instalado en el error y fuera de la realidad con el falso delirio y fantasías del psicópata que manipula la realidad, miente, engaña, pero no está instalado en el error ni crea la realidad.
d) Psicopatía vs.
Esquizofrenia
El
psicópata está libre de las alucinaciones y delirios que caracterizan a la
esquizofrenia.
e) Psicopatía vs.
Narcisismo
Los
psicópatas ciertamente son narcisistas, sin embargo la impulsividad, la
destructividad y el engaño son rasgos dominantes en la psicopatía. Los
narcisistas pocas veces tienen un historial delictivo o antisocial tan acusado
como sucede con los psicópatas.
f) Psicopatía vs. TAP
El trastorno antisocial de la personalidad solo recoge, como hemos visto, los aspectos conductuales de la psicopatía, no sus rasgos o dimensiones intrapersonales. No todos los sujetos que son diagnosticados de TAP son necesariamente psicópatas.
Referencias
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