Trastorno por inhalantes y solventes volátiles

Trastornos relacionados con inhalantes 

Los inhalantes de abuso (también denominados sustancias volátiles o solventes) son hidrocarburos volátiles que a temperatura ambiente se volatilizan en vapores gaseosos que pueden inhalarse por la boca o la nariz y alcanzar el torrente sanguíneo por vía transpulmonar.

Estos componentes se encuentran comúnmente en numerosos productos de uso habitual y se comercializan en cuatro formas:

1) Disolventes para colas y adhesivos.

2) Propelentes para aerosoles (p. ej., de pintura, lacas para el cabello, productos de cocina y cremas de afeitar

3)Diluyentes (p. ej., para productosde pintura y líquidos para la corrección de escritos)

4)Combustibles (p. ej., gasolina y propano).

A pesar de sus diferencias químicas, se cree que estos compuestos comparten algunas propiedades farmacológicas.

La razón por la que a las personas, en especial adolescentes, les gusta inhalar estos productos son sus efectos estupefacientes.

Los inhalantes se asocian con una serie de problemas, entre los que se incluyen el trastorno de conducta, los trastornos del estado de ánimo, las tendencias suicidas y los abusos físicos y sexuales o negligencia. En algunos casos, un uso de inhalantes temporal y a una temprana edad puede ser un síntoma de un problema para toda la vida, con comportamientos externalizantes y propensión al riesgo.


Inhalantes - Escolar - ABC Color

 

Nitrito amílico, nitrito butílico(“Poppers” o “reventadores”,“video head

cleaners” o “limpiadores de cabezal de video”)

Síndrome de muerte súbita por inhalación, supresión de la función inmunológica, daño a los glóbulos rojos (lo que interfiere con el aporte de oxígeno a tejidos vitales).

Benceno (Se encuentra en la gasolina)

Daño a la médula ósea, deterioro de la función inmunológica, aumento del

riesgo de contraer leucemia, toxicidad del sistema reproductivo.

Butano, propano (Se encuentra en el líquido de los encendedores, aerosoles de pinturas y de fijadores de pelo)

Síndrome de muerte súbita por inhalación causada por los efectos cardiacos, lesiones graves por quemaduras (debido a la combustibilidad).

Freón (Se utiliza como refrigerante y propulsor de aerosoles)

Síndrome de muerte súbita por inhalación, lesiones en el hígado, obstrucción

respiratoria y muerte (causada por el enfriamiento repentino o daño por frío a

las vías respiratorias).

Cloruro de metileno

(Se encuentra en diluyentes y removedores de pinturas, quitagrasas)

Reducción de la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, cambios e el músculo cardiaco y en el pulso.

Óxido nitroso (“gas hilarante”), hexano

Muerte por falta de oxígeno al cerebro, alteraciones en la percepción y coordinación motriz, pérdida de sensación, espasmos en las extremidades, pérdida del conocimiento debido a cambios en la presión sanguínea, disminución del funcionamiento del músculo cardiaco.

Tolueno (Se encuentra en la gasolina, líquidos correctores, diluyentes y removedores de pinturas)

Daño cerebral (pérdida de la masa del tejido cerebral, deterioro en la cognición,

problemas con la marcha o el andar, pérdida de la coordinación y del equilibrio,

espasmos en las extremidades, pérdida auditiva y de la visión), daño al hígado y

a los riñones.

Tricloruro de etileno (Se encuentra en los removedores de manchas y

quita grasas)

Síndrome de muerte súbita por inhalación, cirrosis hepática, complicaciones reproductivas, daño auditivo y de la visión.

 

 

 





























Inhalables

Definición

Tipos de productos

Composición química

Solventes

Son sustancias que contienen hidrocarburos con un halógeno (flúor, cloro, bromo o yodo) ya sean aromáticos o alifáticos. Los inhalables que más se usan en abuso son los de este grupo.

   Combustibles (gasolina)

   Pegamentos

   Cementos especiales

   Removedor de barniz de uñas

   Removedor de pintura

   Adelgazador de pintura (tíner)

   Líquido corrector y tíner

   Desmanchadores

   Heptanos y octanos

   Tolueno, acetato de etilo, acetona, varias cetonas

   Tricloroetileno, tetracloroetileno

   Acetona, acetato de etilo

   Tolueno, cloruro de metilo, acetona, acetato de etilo

   Destilados del petróleo, ésteres, acetona

   Tricloroestileno, tricloroetano

   Xileno, destilados del petróleo, clorohidrocarburos

Aerosoles o esprays

Presente en latas de pintura en  espray, para el cabello, para  cocinar, desodorantes, etcetera.

                Esprays de pintura

                Esprays para el cabello

                Desodorantes, odorizantes del aire

                Esprays analgésicos y para el asma

                Limpiadores de computadora

                Butano, propano, flurocarbonos, tolueno, hidrocarburos

                Butano, propano, clorofluorocarbonos (cfc)

                Butano, propano, cfc

                cfc

                Dimetil éter, hidrofluorocarbonos

Gases

Como los anestésicos, el óxido nitroso o gas de la risa, gas butano para encendedores o extinguidores.

                Gas o líquido de encendedor

                Extinguidor de fuego

                Anestésicos

                Butano, isopropano

                Bromoclorodifluorometano

                Óxido nitroso, halotano, enfluorano, cloruro de etilo

Nitritos

Nitritos de alquilo volátiles.

• Tratamiento de angina de pecho y de intoxicación por cianuro “poppers”

• Nitrito de amilo, nitrito isobutilo, butilo


NEUROFARMACOLOGÍA

Los inhalantes más consumidos por los adolescentes estadounidenses son, por orden descendente, la gasolina, la cola (que habitualmente contiene tolueno), los aerosoles de pintura, los disolventes, los productos de limpieza y otros aerosoles. Inhalar el vapor por la nariz o a través de la boca (mediante inspiraciones profundas) induce la absorción transpulmonar y un acceso muy rápido de la droga al cerebro.

Son frecuentes la respiración a través de una tela empapada en disolvente, la inhalación de vapores de una bolsa llena de cola, aspirar bocanadas de vapor aerosolizado en el interior de una bolsa de plástico o respirar el vapor de una lata de gasolina.

De 15 a 20 respiraciones de vapor de gasolina al 1% producen varias horas de intoxicación.

Las concentraciones inhaladas de tolueno de una bolsa que contiene cola pueden alcanzar las 10 000 partes por millón (ppm), y cada día pueden inhalarse los vapores de varios tubos de cola. Como comparación, en un estudio se demostró que la exposición durante 6 h a solo 100 ppm de tolueno produce un deterioro transitorio del rendimiento neuropsicológico de un 10%.

Los inhalantes actúan, por lo general, como depresores del SNC. Puede aparecer tolerancia, aunque los síntomas de abstinencia suelen ser leves.

Estas sustancias se absorben rápidamente a través de los pulmones y alcanzan el cerebro con la misma celeridad. Los efectos aparecen a los 5 min y pueden durar de 30 min a varias horas, según la sustancia inhalada y la dosis. Las concentraciones plasmáticas de muchos inhalantes aumentan cuando se usan en combinación con alcohol, probablemente por la competición por las enzimas hepáticas.

Aunque una quinta parte se excreta sin modificar a través de los pulmones, el resto es metabolizado por el hígado. Los inhalantes son detectables en sangre durante 4-10 h tras el consumo y, en caso de sospecha, deben obtenerse muestras de sangre en el servicio de urgencias.

De manera análoga al alcohol, los inhalantes tienen efectos farmacodinámicos específicos que no se han dilucidado completamente. Puesto que sus efectos suelen ser similares y aditivos a los de otros depresores del SNC (p. ej., el etanol, los barbitúricos y las benzodiazepinas), algunos investigadores han indicado que actúan potenciando el sistema del GABA. Otros han indicado que actúan por fluidificación de la membrana, que también se ha postulado como un efecto  farmacodinámico del etanol.

Sistema glutamatérgico e inhalables

El glutamato es un aminoácido que funciona como neurotransmisor excitatorio; es decir, activa a las neuronas y hace que disparen un impulso eléctrico. Es el nneurotransmisor más abundante del sistema nervioso, y se le ha relacionado con la formación de la memoria, la epilepsia y la plasticidad neuronal.

El glutamato actúa uniéndose a moléculas receptoras específicas en la membrana de las neuronas; estos receptores pueden ser de varios tipos. Se les llama receptores glutamatérgicos, y de acuerdo con la manera como fueron descubiertos tienen nombres como ampa (ácido alfa-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazolpropiónico) o nmda (N-metil-D-aspartato).

Los receptores glutamatérgicos nmda se encuentran en la superficie de la membrana celular. Cuando las células están en reposo, los receptores nmda están inactivos.

Podríamos imaginarlos como canales con compuertas que se abren o cierran dependiendo de si la neurona es excitada o inhibida, respectivamente.

Cuando la neurona es excitada por el glutamato, las compuertas del canal se abren y permiten el paso de iones positivos (como sodio y calcio) del exterior al

interior de la neurona, produciendo excitación.

Al parecer, lo que hacen ciertos inhalables es antagonizar o “bloquear” directamente a estos receptores excitatorios glutamatérgicos cerebrales.

Es muy importante destacar que la primera evidencia de que los inhalables podían actuar sobre estos receptores nmda provino de la doctora Silvia Cruz, investigadora del Departamento de Farmacobiología del Centro de Investigación y Estudios Avanzados Sur, en México.

En un experimento demostró que el tolueno (sustancia presente en numerosos disolventes) actúa como un antagonista; es decir, que bloquea la actividad del glutamato sobre el receptor nmda, evitando o disminuyendo la excitación de la neurona.

Esto produce una disminución en la capacidad de las células para responder ante los estímulos. También se ha demostrado que el óxido nitroso, benceno, xileno y tricloroetano inhiben a este receptor.

Se sabe que los receptores glutamatérgicos nmda participan en el aprendizaje y la formación de la memoria de largo plazo, y cuando el tolueno actúa sobre ellos se observan déficits de memoria en roedores. 

Este hallazgo en animales también se observa en humanos, pues los consumidores crónicos de inhalables presentan alteraciones en el aprendizaje y la memoria.

Como ya se había mencionado, la mayoría de los inhalables producen efectos similares a los producidos por el alcohol.

Esto también ocurre a nivel neuronal, pues tanto el alcohol como los inhalables actúan sobre los sistemas glutamatérgico y gabaérgico (véase

siguiente apartado). Sin embargo, se necesitan mayores concentraciones de alcohol para producir las mismas acciones que se observan a nivel celular con los

inhalables. En resumen: los disolventes son mucho más potentes que el alcohol.  

 

Sistema gabaérgico e inhalables

El ácido gamma-amino-butírico o gaba es el neurotransmisor inhibitorio por excelencia en el sistema nervioso. Al actuar sobre sus receptores, las neuronas se inhiben y ya no disparan impulsos eléctricos.

Las neuronas gabaérgicas muestran una distribución difusa, lo que sugiere que funcionan como inter neuronas: neuronas que modulan la actividad de otras neuronas. potenciando la acción inhibitoria del gaba.

Al parecer los inhalables también actúan sobre el sistema gabaérgico, pues se ha demostrado que el tolueno y el tricloroetileno potencian las acciones del gaba, lo que explica los efectos ansiolíticos reportados por los usuarios y observados en modelos animales.

Por otro lado, los nitritos de alquilo son el único grupo que, al parecer, no produce sus efectos a través de los mecanismos descritos previamente, sino a tra- vés del óxido nítrico, que es un vasodilatador endógeno que relaja los músculos.

 

El sistema dopaminergico

Los inhalables, al igual que otras drogas, tienen altos efectos reforzantes. En animales se ha observado que la exposición a tolueno aumenta los niveles de dopamina en el núcleo accumbens y produce, además de los efectos que hemos descrito, un efecto placentero que puede llevar al uso repetido de la sustancia y eventualmente a la adicción. Los científicos aún se encuentran dilucidando si el aumento de la dopamina está dado por la acción directa de la sustancia sobre el sistema dopaminérgico o si está mediado por la acción de los inhalables sobre el sistema gabaérgico.

 

·         DIAGNÓSTICO

Trastorno por consumo de inhalantes

La mayoría de las personas probablemente consumen inhalantes durante un período breve sin desarrollar un patrón de consumo a largo plazo que produzca dependencia y abuso. Sin embargo, la dependencia y el abuso de inhalantes pueden darse, y se diagnostican de acuerdo con los criterios del DSM-5

Criterios para el diagnóstico de F18.00 Intoxicación por inhalantes (292.89)

A. Consumo reciente intencionado o breve exposición a dosis altas de inhalantes volátiles (excluyendo los gases anestésicos y los vasodilatadores de acción corta).

B. Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos clínicamente significativos (beligerancia, violencia, apatía, deterioro del juicio, deterioro de las actividades social o laboral) que aparecen durante o poco tiempo después del consumo o exposición a inhalantes volátiles.

C. Dos (o más) de los siguientes signos, que aparecen durante o poco tiempo después del consumo o exposición a inhalantes:

1. Mareo

2. Nistagmo

3. Incoordinación

4. Lenguaje farfullante

5. Marcha inestable

6. Letargía

7. Disminución de los reflejos

8. Retraso psicomotor

9. Temblores

10. Debilidad muscular generalizada

11. Visión borrosa o diplopía

12. Estupor o coma

13. Euforia

D. Estos síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental.

  • Trastornos inducidos por inhalantes
  • Intoxicación por inhalantes
  • Delirium por intoxicación por inhalante
  • Demencia persistente inducida por inhalantes
  • Trastorno psicótico inducido por inhalantes: con ideas delirantes, con alucinaciones
  • Trastorno del estado de ánimo inducido por inhalantes
  • Trastorno de ansiedad inducido por inhalantes
  • Trastorno relacionado con inhalantes no especificado.

·         Intoxicación por inhalantes

Los criterios diagnósticos para la intoxicación por inhalantes especifican la presencia de cambios conductuales desadaptativos y al menos dos síntomas físicos.

El estado de intoxicación se caracteriza por apatía, reducción de la función social y laboral, deterioro del juicio y conducta impulsiva o agresiva; puede acompañarse de náuseas, anorexia, nistagmo, hiporreflexia y diplopía. Con dosis altas y exposiciones prolongadas, el estado neurológico puede progresar hacia el estupor y la inconciencia y, posteriormente, el individuo puede presentar amnesia del período de intoxicación.

En ocasiones, los clínicos pueden identificar un consumo reciente de inhalantes por exantemas periorificiales (alrededor de la nariz y la boca del paciente); aliento con olores insólitos; residuos de inhalantes sobre la cara, las manos o la indumentaria, e irritación ocular, faríngea, bronquial y nasal.

·         Delírium por intoxicación por inhalantes

El delírium puede estar inducido por los efectos de los propios inhalantes, por interacciones farmacodinámicas con otras sustancias y por la hipoxia, que puede asociarse tanto al inhalante como al método de inhalación. Si produce alteraciones conductuales graves, puede ser necesario el tratamiento a corto plazo con un antagonista de los receptores de la dopamina, como el haloperidol. Deben evitarse las  benzodiazepinas por la posibilidad de aumentar la depresión respiratoria.

·         Demencia persistente inducida por inhalantes

La demencia persistente inducida por inhalantes, como sucede con el delírium, puede resultar de los efectos neurotóxicos de los propios inhalantes, por los de los metales (p. ej., el plomo) empleados a menudo en los inhalantes, o por los efectos de períodos frecuentes y prolongados de hipoxia. La demencia causada probablemente es irreversible en todos los casos, a excepción de los más leves.

·         Trastorno psicótico inducido por inhalantes

Los clínicos pueden especificar la presencia de alucinaciones o delirios como síntomas predominantes. Los estados paranoides probablemente sean los síndromes psicóticos más frecuentes en la intoxicación por inhalantes.

·         Trastorno del estado de ánimo y trastorno de ansiedad inducidos por inhalantes

El trastorno del estado de ánimo y el de ansiedad inducidos por inhalantes permiten la clasificación de los trastornos relacionados con inhalantes caracterizados por

síntomas destacados del estado de ánimo y de ansiedad. Los trastornos depresivos son los trastornos del estado de ánimo que con más frecuencia se asocian al consumo de inhalantes, y de los trastornos de ansiedad, los más habituales son el trastorno de pánico y el trastorno de ansiedad generalizada.

·         CUADRO CLÍNICO

En dosis iniciales pequeñas, los inhalantes pueden causar desinhibición y producir sensaciones de euforia y excitación, así como agradables sensaciones de suspensión, efectos por los que presumiblemente los individuos consumen estas drogas.

Las dosis altas de inhalantes pueden provocar síntomas psicológicos de temor, ilusiones sensoriales, alucinaciones visuales y auditivas, y distorsiones del tamaño corporal.

Los síntomas neurológicos pueden consistir en disartria, bradilalia y ataxia. El consumo a largo plazo puede asociarse a irritabilidad, labilidad emocional y deterioro de la memoria.

Los inhalantes pueden inducir tolerancia en algunos consumidores; un síndrome de abstinencia puede acompañar a la interrupción del consumo.

El síndrome de abstinencia no es frecuente, pero se caracteriza por trastornos del sueño, irritabilidad, temblor, diaforesis, náuseas y vómitos, taquicardia y, en ocasiones, delirios y alucinaciones.

·         Alteraciones orgánicas y efectos neurológicos

Los inhalantes se asocian con muchos efectos adversos potencialmente graves.

El más extremo es la muerte, que puede resultar de la depresión respiratoria, arritmias cardíacas, asfixia, aspiración de vómito o accidentes o traumatismos (p. ej., al conducir un vehículo durante la intoxicación con inhalantes). Introducir un trapo empapado en inhalante en una bolsa de plástico y meter la cabeza en el interior, un procedimiento común, puede provocar coma y muerte por asfixia.

Los consumidores crónicos de inhalantes pueden presentar numerosos problemas neurológicos.

La tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) demuestran atrofia difusa del cerebro, el cerebelo y el tronco cerebral, con afectación de la sustancia blanca, lo que se conoce como leucoencefalopatía.

Las TC por emisión de fotón único (SPECT) de adolescentes que habían abusado de los disolventes han demostrado aumentos y reducciones del flujo sanguíneo en diferentes áreas cerebrales.

En varios estudios en pintores y trabajadores expuestos a disolventes durante períodos prolongados también se han observado signos de atrofia cerebral en la TC, con reducción del flujo sanguíneo cerebral.

Los signos y síntomas neurológicos y conductuales pueden consistir en hipoacusia, neuropatía periférica, cefalea, parestesias, signos cerebelosos, alteraciones motoras persistentes, parkinsonismo, apatía, deterioro de la concentración, pérdida de la memoria, disfunción visuoespacial, deterioro del procesamiento del material lingüístico y encefalopatía por plomo.

Las alteraciones de la sustancia blanca o la atrofia pontina en la RM se han asociado con puntuaciones inferiores del cociente intelectual (CI). La combinación de disolventes orgánicos con altas concentraciones de cobre, cinc y metales pesados se ha asociado con la aparición de atrofia cerebral, epilepsia del lóbulo temporal, reducción del CI y diversas alteraciones electroencefalográficas.

Otros efectos adversos graves asociados con el consumo a largo plazo de inhalantes incluyen lesión hepática o renal (acidosis tubular) irreversible y lesión muscular permanente asociada a rabdomiólisis. Además, también pueden producirse síntomas cardiovasculares y pulmonares (p. ej., dolor torácico y broncoespasmo), así como gastrointestinales (p. ej., dolor, náuseas, vómitos y hematemesis).

Se han publicado diversas descripciones clínicas de embriopatía por tolueno con signos como los del síndrome alcohólico fetal, entre los que se incluyen bajo peso al nacer, microcefalia, reducción de la hendidura palpebral, microfacies, baja implantación de las orejas y otros signos dismórficos, y se ha descrito que estos neonatos presentan retraso del desarrollo, hiperactividad y disfunción cerebelosa.

Sin embargo, no se han publicado evidencias convincentes de que el tolueno, el inhalante mejor estudiado, provoque lesiones genéticas en las células somáticas

Abuso de sustancias inhaladas | Pediatrics

Alteraciones en nuestro organismo 

  • Daño en sistema respiratorio

Indudablemente, dado que las sustancias volátiles se consumen por la vía aérea, uno de los principales daños ocurre en el sistema respiratorio, debido al contacto directo de la sustancia con sus tejidos, afectando al sistema del olfato e irritando el tejido pulmonar. También pueden ocurrir accidentes por asfixia o una disminución en la entrada de oxígeno (hipoxia), tos, silbidos, dificultad para respirar, hemorragia nasal, pérdida del olfato y neumonía.


Los inhalables pueden causar la muerte: este fenómeno ha sido llamado “muerte súbita por inhalación”, y puede ocurrir incluso durante la primera vez que se consumen. Sin embargo, parece que esta muerte súbita está relacionada con los efectos sobre el corazón. Lo abordaremos a continuación.

  • Daño en el corazón
Una de las causas de la muerte súbita por inhalación es el efecto que producen los inhalables en el corazón. Inicialmente, sensibilizan el corazón ante la adrenalina y noradrenalina, por lo que la respuesta fisiológica de alerta ante un peligro o sobresalto que normalmente se presenta en un individuo normal, en un consumidor de inhalables estará exacerbada, manifestándose como palpitaciones, falta de aliento y desmayo. 
Si además le sumamos la combinación de arritmias con un incremento en la función cardiaca y una pobre oxigenación, resulta una combinación potencialmente fatal; estos factores pueden ser los responsables de la muerte súbita por inhalación. Adicionalmente a esto, los inhalables sensibilizan al miocardio, el músculo que bombea la sangre, pues modifican el ritmo cardiaco y a la larga producen inflamación del miocardio.

  • Daño renal y hepático
Los desórdenes renales están especialmente asociados con el consumo crónico de tolueno, que puede causar acidosis tubular, cálculos urinarios, glomerulonefritis y falla renal. 

La acidosis renal tubular distal puede producir hipocalemia (bajos niveles de potasio en la sangre) que producen calambres y debilidad muscular. Incluso, el consumo de inhalables puede llegar a producir enuresis (incontinencia urinaria).


Algunas sustancias inhalables, como cloroformo o el tricloroetano, se metabolizan en el hígado y pueden producir metabolitos reactivos que lleven a una falla hepática.


La función de nuestro hígado y riñones es procesar, metabolizar y excretar todas las sustancias que consumimos. Si están dañados, nuestro cuerpo va perdiendo la capacidad de procesar y filtrar cualquier sustancia, incluyendo los alimentos, y eso puede llegar a causar la muerte.

  • Daño en la sangre
La hemoglobina es una molécula encargada de transportar el oxígeno en la sangre. El uso de los nitritos de alquilo está asociado con metahemoglobinemia, enfermedad en la que la hemoglobina es incapaz de liberar oxígeno de manera efectiva en los tejidos corporales.

  • Daño durante el embarazo

El uso durante el embarazo incrementa el riesgo de parto prematuro o aborto espontáneo, y los recién nacidos pueden presentar síndrome de abstinencia, bajo peso y baja talla al nacer, retraso en el desarrollo y reducción en la densidad neuronal; esto se ha observado tanto en roedores como en humanos.

Hijo de madre toxicomana

Síndrome de alcohol fetal

·         TRATAMIENTO

La intoxicación por inhalantes, como sucede con la intoxicación por alcohol, no suele precisar atención médica y se resuelve espontáneamente.

Sin embargo, efectos como el coma, el broncoespasmo, el laringoespasmo, las arritmias cardíacas, los traumatismos o las quemaduras requieren tratamiento. Por otra parte, la atención consiste principalmente en tranquilizar al paciente, prestar un apoyo silencioso, y atención a las constantes vitales y al nivel de conciencia.

Los sedantes, incluidos las benzodiazepinas, están contraindicados porque agravan la intoxicación por inhalantes.

No se dispone de un tratamiento establecido para los problemas cognitivos y mnésicos de la demencia persistente inducida por inhalantes. Se ha ofrecido asistencia social y un apoyo social amplio para los adultos gravemente deteriorados dependientes de inhalantes e indigentes. Los pacientes probablemente requieran un gran apoyo en el seno de su familia o en centros de atención domiciliaria o albergues.

La evolución y el tratamiento del trastorno psicótico inducido por inhalantes son similares a los de la intoxicación por inhalantes. El trastorno es breve y dura entre unas horas y unas semanas (como mucho) después de la intoxicación.

Está indicado el tratamiento enérgico de las complicaciones potencialmente mortales, como el paro respiratorio o cardíaco, junto con el tratamiento conservador de la intoxicación.

La confusión, el pánico y la psicosis obligan a prestar especial atención a la seguridad del paciente. La agitación grave probablemente requiera un control cauto con haloperidol (5 mg por vía intramuscular, para un peso corporal de 70 kg). Se evitarán los sedantes porque pueden agravar la psicosis. Los trastornos de ansiedad y del estado de ánimo inducidos por inhalantes pueden precipitar una ideación suicida; se evaluará con cuidado a los pacientes ante esa posibilidad. Los ansiolíticos y antidepresivos no son útiles en la fase aguda de la enfermedad; pueden serlo en casos de ansiedad o depresión coexistentes.

  • Caso clínico:

Una mujer hispana de 16 años de edad, soltera, fue derivada a un programa universitario de tratamiento de adicción a sustancias para su evaluación. La paciente había sido condenada por robo de vehículo, intimidación con un arma y pérdida de control con su familia. A los 15 años había consumido regularmente inhalantes y bebido alcohol en grandes cantidades. Había consumido corrector líquido, lejía, limpiador de azulejos, laca del cabello, laca de uñas, cola y gasolina, aunque prefería el aerosol de pintura. Había inhalado pintura varias veces al día durante unos 6 meses, a los 15 años, y consumido un máximo de ocho botes de pintura al día. La paciente decía: «Lo anula todo». Ocasionalmente había perdido la conciencia y creía que la pintura le había deteriorado la memoria y la había «entontecido


Página web de la Fundación por un Mundo sin Drogas, los Inhalantes ...

  • Referencias bibliográficas 

Sadock’s, K. &. (2015). Synopsis of Psychiatry 11 edition . Barcelona : Wolters Kluwer.

 

Comentarios

  1. Bryan, muchas gracias, excelente información y muy muy completo, en verdad muchas gracias!!

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